Hace unos años, varios consumidores de una reconocida marca de impresoras, recibieron un mensaje en sus ordenadores, sobre una importante alerta de seguridad en sus impresoras, y que debían actualizar el firmware. Una vez realizada dicha actualización un mensaje en la pantalla les comunicaba que los cartuchos de tinta no podían utilizarse, se trataba de cartuchos genéricos y no de esta reconocida marca.

Tanto es así que La Electronic Frontier Foundation (organización sin ánimo de lucro que dedica sus esfuerzos a conservar los derechos sobre libertades civiles relacionadas con la tecnología entre otros), interpuso una queja oficial contra esta reconocida marca en el estado de Texas en Estados Unidos. Donde según indican qué, este tipo de actualizaciones son engañosas, porque restringe a los consumidores a consumir únicamente cartuchos de esta marca.

Por lo tanto, el consumidor no podría utilizar cartuchos genéricos, que son una alternativa para el bolsillo del consumidor por el ahorro que le supone, aparte de reducir contaminantes.

El problema proviene, cuando el fabricante utiliza estrategias de productos complementarios, por un lado, las impresoras tienen un precio bajo (en la mayoría de los casos), y por otro sus cartuchos son caros. En consecuencia, aparecieron los cartuchos remanufacturados y pusieron fin a esta estrategia por parte de estas marcas. Por lo tanto, estos cartuchos alternativos suponen un ahorro para el consumidor, por su precio económico. Y un nuevo competidor para estas grandes marcas.

Para combatir esta situación, las grandes marcas comenzaron una guerra contra los cartuchos genéricos a base de demandas y patentes. Los fabricantes de impresoras comenzaron a ser más innovadores y empezaron a bloquear el uso de cartuchos no originales. Un claro ejemplo de ello es que en el año 2016 una reconocida marca emitió una “actualización de seguridad”, esta actualización bloqueaba el uso de cartuchos alternativos. Esta reconocida marca recibió enérgicas críticas por ello, y tuvo que pedir disculpas, dejando que los consumidores utilicen cartuchos alternativos.

El verdadero problema es que, por un lado, no es ético por parte de estas grandes marcas bloquear el uso de cartuchos alternativos a los consumidores, pero lo que es aún peor es abusar de la confianza de estos consumidores, emitiendo comunicados sobre actualizaciones que lo que hacen es perjudicar al consumidor, bloqueando el uso que vaya a darle a su impresora.

Si el fabricante (estas grandes marcas) prometen actualizaciones de seguridad para que el firmware de la impresora funcione mejor, pero realmente no son actualizaciones de seguridad, y su instalación bloquea el uso de cartuchos genéricos, lo que ganan es que el consumidor desconfié, y en consecuencia una menor instalación de futuras actualizaciones, que realmente puede ser de seguridad y muy necesarias.

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